Rystad Energy esboza los 10 pasos críticos necesarios para acelerar la transición, limitar el calentamiento global y garantizar un futuro energético limpio y fiable.
El sistema energético mundial se encuentra en un punto de inflexión en su camino hacia un futuro de emisiones netas cero. Con el inicio de la conferencia COP28 esta semana, Rystad Energy esboza los 10 pasos críticos necesarios para acelerar la transición, limitar el calentamiento global y garantizar un futuro energético limpio y fiable.
La transición de los combustibles fósiles a las fuentes de energía limpias está cobrando impulso, con notables avances en la adopción de tecnologías limpias en todo el mundo. A pesar de los avances actuales, es necesaria una expansión aún más rápida, y los líderes mundiales gubernamentales y empresariales desempeñarán un papel fundamental a la hora de marcar el ritmo.
Sin embargo, la lentitud en el desarrollo de las infraestructuras, la escasa inversión en nuevas tecnologías y la deficiente optimización de las redes limitan los avances significativos. La colaboración internacional también es vital, pero las recientes tensiones y conflictos mundiales han supuesto un revés en los últimos años. Aunque estas tensiones, como la actual disputa comercial entre China y EEUU, han acelerado el cambio hacia las energías renovables, también han fragmentado las cadenas de suministro mundiales, lo que podría perjudicar el desarrollo de las tecnologías limpias.
Tensiones geopolíticas
“Las recientes tendencias de la política energética y climática reflejan un giro hacia el proteccionismo, con un creciente énfasis en la energía soberana. Este cambio se centra en la promoción de la industria nacional, la reducción de la dependencia del comercio internacional, la atracción de inversiones y la creación de empleo local, así como en el control de la cadena de suministro. Para navegar eficazmente por esta transición, es esencial que la comunidad mundial evite descender aún más en la pirámide energética debido a los conflictos que puedan surgir por cuestiones de seguridad energética”, dice Lars Nitter Havro, analista principal de tecnologías limpiasde Rystad Energy
“Hemos identificado 10 pasos que pueden acelerar significativamente la transición energética mundial, manteniendo al alcance los objetivos más ambiciosos del Acuerdo de París. Estas medidas se centran en opciones de descarbonización de bajo impacto que pueden acelerar el despliegue de las energías renovables, mejorar la eficiencia energética, abordar los fallos del mercado e incentivar las inversiones necesarias para alcanzar las emisiones netas cero”, añade Jon Hansen, vicepresidente senior de Sistemas Energéticos Globales de Rystad Energy.
1. Acelerar el desarrollo de las renovables
La cadena de suministro está preparada y lista para ampliar rápidamente los desarrollos, pero el despliegue debe acelerarse. Es necesario acortar los plazos de concesión de permisos y mitigar los obstáculos financieros a corto plazo, como los elevados tipos de interés, si se quiere que la nueva capacidad alcance el objetivo fijado para 2030.
Según nuestro último modelo, la capacidad renovable mundial debe aumentar de unos 3,6 teravatios (TW) el año pasado a casi 11,2 TW en 2030 para hacer frente a un escenario de calentamiento global de 1,6 grados. La energía solar fotovoltaica representará alrededor del 65% de esta expansión necesaria, pero hay que seguir trabajando antes de que el mundo esté en esa senda. Sobre la base de los proyectos existentes, las políticas y las tendencias del sector, la capacidad mundial de generación renovable sólo alcanzará los 8 TW en 2030 y no llegará a los 11,2 TW hasta 2034 como muy pronto.
Para acelerar el desarrollo de las energías renovables, es necesario reformar los permisos en Occidente, apoyar las políticas en Asia y optimizar la cadena de suministro mundial de energía solar. Además, los Contratos por Diferencia (CfD) en mercados de alta penetración de renovables pueden mitigar los riesgos financieros de canibalización de precios, fomentando así la inversión estable en proyectos de energías renovables.
2. Redoblar la apuesta por la eficiencia energética
De los 500 exajulios (EJ) de energía primaria procedente de combustibles fósiles, sólo 250 EJ acaban utilizándose. Si la energía solar, eólica o hidráulica fueran la fuente primaria de energía, el usuario final dispondría de unos 440 EJ.
Cuando se queman moléculas para producir electricidad o movimiento, sólo el 30-50% de la energía química se convierte en energía útil. La energía restante se pierde en forma de calor en el medio ambiente. En cambio, con fuentes de energía renovables como la solar o la eólica, el 70-90% de la energía primaria está disponible para el usuario final, incluso después de tener en cuenta el almacenamiento y la distribución. Las bombas de calor en la industria y los edificios permiten generar calor de forma mucho más eficiente que los radiadores eléctricos tradicionales. Por lo tanto, la transición de los combustibles fósiles a las energías renovables provocaría una revolución en la eficiencia energética.
Además, la mejora de la eficiencia energética en edificios, electrodomésticos y máquinas ha aumentado un uno por ciento al año en las últimas décadas gracias a la mejora de los materiales y el diseño. Sin embargo, esta tendencia necesita normativas más estrictas e incentivos políticos para acelerarse hasta los niveles necesarios para ajustarse a los escenarios climáticos más ambiciosos.
3. Medidas significativas contra el metano
El metano es responsable del 15-20% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, pero su reducción suele pasarse por alto en las estrategias de reducción a cero. El metano es al menos 25 veces más potente que el dióxido de carbono (CO2) como gas de efecto invernadero, por lo que es primordial establecer objetivos claros, realizar un seguimiento, imponer sanciones por incumplimiento e incentivar la captura de metano.
La agricultura, sobre todo la ganadería, y los vertederos son fuentes importantes de emisiones de metano. Apoyar las inversiones en tecnologías agrícolas emergentes, como la agricultura celular y la fermentación de precisión, puede reducir significativamente las emisiones de la ganadería. Además, el fomento de la captura del gas de los vertederos y de la digestión anaerobia puede convertir estas emisiones en energía o hidrógeno, reduciendo la liberación de metano a la atmósfera.
El sector del petróleo y el gas también contribuye significativamente a las emisiones de metano, principalmente por las fugas de las infraestructuras de producción y transporte. La aplicación de las mejores prácticas para la detección periódica y avanzada de fugas, seguida de las reparaciones oportunas, la minimización de la quema en antorcha y la aceleración del despliegue de la neumática moderna pueden reducir significativamente las emisiones.
4. Poner precio al carbono
Una maduración gradual del valor del carbono enviará una poderosa señal financiera a los contaminadores para que reduzcan las emisiones. Esto es especialmente importante en los sectores difíciles de reducir, donde un precio del carbono influye directamente en la tasa de adopción de tecnologías limpias. Por ejemplo, en el sector del cemento, el argumento comercial a favor de la captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) se ve reforzado por un valor del carbono.
Actualmente, el CCUS es costoso, pero se espera que los avances en los procesos de absorción química reduzcan significativamente los costes en los próximos años. La absorción química lidera la adopción de la tecnología CCUS en el sector cementero, con un 32% de la tecnología anunciada en los próximos proyectos, incluido un proyecto liderado por Heidelberg Cement, que pretende capturar 400.000 toneladas al año.
5. Aumentar las inversiones en tecnologías limpias
Las inversiones en tecnologías limpias, incluidas la solar y la eólica, superarán a las de petróleo y gas en 2025. Sin embargo, es crucial acelerar el proceso, sobre todo en países y tecnologías emergentes, como el hidrógeno verde.
En 2023, el 70% de las inversiones bajas en carbono se realizaron en ocho países, con un 50% en China y un 20% repartido entre los países del G7. El 30% restante se realizó principalmente en economías desarrolladas, excepto en la India, que representó el 2,5% de las inversiones mundiales en bajas emisiones de carbono. Por lo tanto, es esencial estimular la demanda temprana del mercado de productos con bajas emisiones de carbono en las economías emergentes invirtiendo en tecnologías de usuario final maduras que puedan impulsar la demanda de electrificación y tecnologías limpias.
6. Optimizar la utilización de la red
Las limitaciones de las redes eléctricas frenan a menudo las fuentes de energía renovables. La creencia generalizada de que la integración de nuevas energías renovables variables requiere inversiones masivas en infraestructuras de red es errónea. Sólo el 40-50% de las redes se utilizan activamente, por lo que aumentar la eficiencia de la red podría reducir significativamente la nueva capacidad necesaria.
Aplicando tecnologías existentes y asequibles, como la optimización de la topología y la clasificación dinámica de las líneas, la capacidad de transmisión puede aumentar un 30-40% y un 20%, respectivamente. Esto mejoraría significativamente la resistencia, flexibilidad y eficiencia de la red. Además, unas soluciones sólidas de almacenamiento de energía podrían gestionar los picos de demanda durante las olas de calor y las olas de frío.
7. Adoptar la electrificación del transporte por carretera
El cambio a los vehículos eléctricos es crucial para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. El transporte por carretera representa por sí solo el 19% de la demanda mundial de energía final y el 15% de las emisiones mundiales de CO2. Para estar en el buen camino en un escenario de calentamiento de 1,6 grados, debe fijarse un objetivo ambicioso pero alcanzable del 70% de penetración del VE.
Para facilitar una transición acelerada en el sector, son cruciales incentivos financieros como la subvención de 7.500 dólares por vehículo de la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos, así como la ampliación de la red de recarga.
8. Reducir, reutilizar, reciclar
La economía circular es fundamental para una estrategia de descarbonización eficiente. La reutilización de materiales, como la reutilización de las baterías de los vehículos eléctricos para el almacenamiento de energía estacionaria, y el aumento significativo de las tasas de reciclaje son esenciales. Sin acciones específicas y políticas de apoyo, pueden perderse oportunidades de prácticas industriales sostenibles.
El reciclaje es especialmente crucial en sectores difíciles de eliminar, como la producción de acero. La producción primaria de acero emite 2,3 toneladas de CO2 por tonelada de acero, mientras que el acero reciclado sólo produce 680 kg de CO2 por tonelada, lo que supone una reducción del 70% de las emisiones. Esto pone de relieve el papel fundamental del acero reciclado en la sostenibilidad medioambiental, y los responsables políticos deberían tomar nota.
9. Reducir las subvenciones ineficientes a los combustibles fósiles
Las subvenciones ineficientes al consumo de combustibles fósiles crean una distorsión significativa en los mercados energéticos mundiales. Estas subvenciones fomentan el uso ineficiente y creciente de combustibles fósiles, crean señales de precios imprecisas para la eficiencia de los combustibles y proporcionan una ventaja injusta para la transición a tecnologías de energía limpia.
Aunque considerable, el impacto financiero directo de estas subvenciones se ve agravado por las repercusiones medioambientales y sanitarias. Debería aplicarse una eliminación gradual y estructurada para nivelar el terreno de juego, realinear la dinámica del mercado hacia el uso sostenible de la energía y facilitar una transición más suave para las economías y los consumidores acostumbrados a los precios subvencionados de la energía.
10. Evitar que las tensiones comerciales frenen los avances
Para abordar el cambio climático con eficacia, los líderes mundiales deben hacer frente a los riesgos de las tensiones comerciales y a la tendencia a la localización de las cadenas de suministro. Aunque la localización de la producción impulsa las industrias nacionales, puede ralentizar considerablemente la transición energética al fomentar las carreras de subvenciones en sectores clave de las tecnologías limpias como las baterías, el hidrógeno y la energía solar fotovoltaica. Además, inyectar fondos en estas industrias no es la cura, sobre todo teniendo en cuenta la escasez de mano de obra cualificada asociada.
Fuente: https://elperiodicodelaenergia.com/diez-pasos-hacia-una-transicion-energetica-mas-rapida-y-eficiente/