Bahía Blanca. El sistema transforma la vibración que generan los motores y permite bajar consumos en los vehículos tradicionales y en los novedosos híbridos o eléctricos.
Investigadores de las universidades públicas de Bahía Blanca lograron recuperar energía de una manera en la que hasta ahora nadie lo había hecho en el mundo.
El dispositivo que diseñaron transforma la energía de la vibración que generan los motores en energía eléctrica, permitiendo ahorro de combustible en los autos tradicionales y de energía eléctrica en los más modernos que, precisamente, se alimentan de dicha fuente.
El desarrollo se llevó a cabo en el Grupo de Investigación en Multifísica Aplicada (Gimap), perteneciente a la Universidad Tecnológica Nacional Facultad Regional Bahía Blanca, y en los laboratorios del Departamento de Física de la Universidad Nacional del Sur.
Los principales responsables del proyecto son Mariano Febbo (UNS, Conicet) físico y doctor en Ciencia y Tecnología de los Materiales; Sebastián Machado (UTN, Conicet), ingeniero mecánico y doctor en Ingeniería; y Claudio Gatti (UTN), ingeniero mecánico, además de becario doctoral en Ingeniería.
Según explicó Gatti, se trata de un dispositivo electromecánico multimodal, consistente en una viga compuesta de acero inoxidable y una lámina de material piezoeléctrico con dos sistemas masa-resorte en sus extremos.
La deformación del piezoeléctrico ocasionada por la vibración genera una corriente entre los electrodos del mismo, la cual pasa por un circuito acondicionador para entregarla a los sensores o a la batería del vehículo.
El prototipo del dispositivo ya fue validado con ensayos de laboratorio, así como también fue probado en un vehículo Citröen C4 –-propiedad de la UTN local– donde se comprobó su utilidad.
“A partir del trabajo realizado es posible analizar la incorporación del dispositivo en distintos tipos de vehículos de transporte, ya sean livianos o pesados, determinando a partir del modelo matemático la capacidad de energía a recuperar y la cantidad de dispositivos a colocar”, comentó el ingeniero.
Con respecto a las posibilidades de comercializar el dispositivo, Gatti explicó que no lo harán ellos, sino que dependerá exclusivamente de “las automotrices, que decidan si lo incorporan directamente desde fábrica a los vehículos híbridos o eléctricos”.
“No es algo que la gente vaya a comprar a la casa de repuestos y se lo agregue hoy a su auto tradicional, es tecnología para los autos del futuro”, analizó el académico.
El dispositivo mide 10 centímetros por 1 centímetro, y si bien cuantos más de ellos se coloquen en un automóvil, más ahorro de combustible permitirá, no es una posibilidad tan viable por una cuestión de espacios y costos, por lo que el objetivo es optimizar su tamaño.
Consultado por la patente del descubrimiento –-Gatti aclaró que este tipo de dispositivos existe, lo que no existe en el mundo es la aplicación que ellos le dieron–, el futuro doctor en Ingeniería explicó que no es necesario patentarlo, ya que en el terreno científico se da implícitamente al publicar en revistas científicas internacionales, algo que con el hallazgo del Gimap ya sucedió.
“Si las automotrices deciden implementarlo, deberán pedirnos los derechos de autor”, agregó Gatti.
Menos gastos
Para el caso de los vehículos con motores de combustión interna, el dispositivo supone una reducción en el consumo de combustible, lo que implica más kilómetros recorridos con una misma cantidad de éste, liberando menos gases contaminantes al medioambiente en un mismo período.
Por su parte, dirigido especialmente a los híbridos y eléctricos, su uso implica una mejora en la autonomía de las baterías.
Fuente: Lanueva.com