22 de diciembre de 2024

La demanda mundial de energía crecerá 16% en 15 años.

Así lo reveló un nuevo estudio de Accenture sobre el futuro de la energía. Según el reporte, las claves serán las tecnologías, biocombustibles y el hidrógeno.

Las «transiciones energéticas» no son un fenómeno nuevo. De hecho, el mundo ha sido testigo de múltiples transiciones en el último siglo. Pero la que estamos viviendo actualmente es diferente. Esta no está impulsada por cambios en la oferta, sino por una nueva dinámica de la demanda que está preparando el terreno para un sistema energético más diverso, localizado y multicombustible. Ese es el planteo que deslizó un nuevo estudio de Accenture, según el cual, en la situación actual del mercado, la demanda mundial de energía crecerá 16% durante los próximos 15 años.

Según el informe, la demanda de generación de electricidad crecerá 55%; la residencial, 8%; la de vehículos livianos, un 2%; la comercial, 5%, entre otros sectores medidos.

También plantea que el sistema energético homogéneo al que nos hemos acostumbrado se está volviendo mucho más heterogéneo. El nuevo sistema permitirá a los consumidores aprovechar diferentes fuentes de energía para satisfacer las necesidades de las diferentes industrias y geografías. Diferentes políticas determinarán la viabilidad económica de las acciones las empresas de energía en diversas partes del mundo. Y diferentes tecnologías darán lugar a nuevas oportunidades para para alcanzar los objetivos de equidad, disponibilidad y sostenibilidad de la energía.

Energía, los 5 factores clave.

Para enfrentar este escenario de forma efectiva y avanzar hacia la transición energética, Accenture plantea cinco factores clave. Primero, la industria energética debe dejar de centrarse en la escasez inmediata de suministros y empezar a construir la demanda en los sectores finales y en los de alto crecimiento. A pesar de las crecientes mejoras de la eficiencia energética en calefacción, iluminación y procesos industriales, la demanda de gas natural está preparada para crecer al menos 14% para 2035. Esto se debe en gran medida a las conversiones de carbón a gas en los sectores industriales (sobre todo en el de la energía) y a la creciente puesta en marcha de nuevas de plantas de GNL/gas natural en Asia.

Claudio Goldman, director ejecutivo de Accenture, explicó que “hasta 2025, el gas natural será una importante fuente de energía a medida que las economías se recuperen de la pandemia y se reevalúe la dependencia del gas ruso. A partir de entonces, existe la oportunidad de impulsar la demanda de gas en los mercados emergentes, creando la infraestructura necesaria (por ejemplo, instalaciones de regasificación, gasoductos, etc.) que las economías en desarrollo necesitan para impulsar su transición”.

En segundo lugar, la industria debe dejar de centrarse en el superciclo del petróleo. Goldman destacó que “el sector debe empezar a centrarse en el petróleo para todos los ciclos, construyendo el suministro de petróleo de menor costo y de menor carbono. Accenture proyecta que la demanda de petróleo alcance su punto máximo a finales de la década de 2020 y vuelva a descender a los niveles de 2021 en 2035. De cara al futuro, los operadores deberían seguir centrándose en los costos para financiar el aumento de la producción necesaria para satisfacer la demanda de petróleo”.

El tercer factor clave son las nuevas tecnologías. Tres tipos de tecnologías sustentan la transformación del mercado energético: soluciones de captura de carbono, soluciones de eficiencia industrial y soluciones de cambio de combustible. El análisis de Accenture estima que para llegar a un mundo con cero emisiones netas en 2050 se necesitarán entre tres y 10.000 millones de toneladas de capacidad de captura y almacenamiento de carbono (CAC) al año, hasta 200 veces la capacidad actual. Para 2035, esa cifra será de 70 a 90 veces la capacidad actual. El informe también predice que la demanda de eficiencia industrial y de tecnologías de gestión del carbono de extremo a extremo aumentará.

El cuarto factor clave son el hidrógeno verde y el azul. El experto recalcó que “aunque hay muchas opciones de hidrógeno limpio, el hidrógeno azul y el verde tienen grandes ventajas, como su disponibilidad y competitividad a largo plazo en un entorno de altos impuestos sobre el carbono. La elección entre hidrógeno azul o verde depende principalmente de los precios del carbono y del gas natural, y del costo de generación de cada tipo de hidrógeno”.

El quinto factor clave es son los biocombustibles. La mayor parte del debate sobre el sector del transporte se centra en la electricidad y la creciente popularidad de los vehículos eléctricos (VE). Sin embargo, nuestro análisis muestra que, a medio plazo (2025-2035), los biocombustibles serán los verdaderos ganadores en lo que respecta a la demanda de combustibles descarbonizados. El consumo de biocombustibles (especialmente de etanol) seguirá creciendo a una tasa anual del 7% hasta 2035 y sólo será superado por la electricidad en términos de julios totales consumidos en 2035.

En los sectores de los vehículos pesados, la aviación y la marina, los biocombustibles son la principal opción viable para los combustibles descarbonizados. En concreto, en el sector de los vehículos pesados nuestro análisis muestra que la demanda de diésel renovable y biodiésel convencional se duplicará, como mínimo, de aquí a 2035.

Goldman concluyó que “la industria de energía se encuentra en un momento crucial. La transición energética está obligando al sector a reevaluar cómo van a competir y el papel que desempeñará en el nuevo sistema energético. Con estos cinco factores clave, la industria de energía puede avanzar de forma más rápida y efectiva hacia un sistema energético inteligente, que responda a la demanda, al mismo tiempo que protege el medioambiente”.