Investigadores estadounidenses han usado una nueva configuración de imanes para triplicar la energía obtenida en el proceso de fusión, un paso clave para la llegada de esta tecnología.
Investigadores del National Ignition Facility (NIF) estadounidense han conseguido mejorar significativamente la producción de energía en su reactor de fusión experimental gracias a los campos magnéticos. Este descubrimiento nos acerca un paso más al santo grial de la autosostenibilidad de la fusión, que el sistema produzca más energía de la que necesita.
El equipo del NIF, un reactor de fusión experimental situado en el Laboratorio Nacional Lawrence Livermore del Departamento de Energía de EEUU, ha publicado sus resultados en un artículo para la revista Physical Review Letters. Allí explican cómo los campos magnéticos son capaces de aumentar la temperatura del punto caliente en un 40 por ciento, triplicando así su producción de energía. Esto, dicen los investigadores, se «acerca a lo que se requiere para la ignición de la fusión», una reacción autosostenida que permite el funcionamiento del sistema sin añadir energía de fuera, un paso clave para la viabilidad de esta tecnología.
«El campo magnético entra y actúa como un aislante», explica John Moody, científico del NIF que dirigió el estudio, en declaraciones para Motherboard. «Tienes lo que llamamos el punto caliente, que está a millones de grados y a su alrededor sólo hay temperatura ambiente. Todo ese calor quiere salir porque el calor siempre va de lo caliente a lo frío y el campo magnético impide que eso ocurra. Cuando entramos y ponemos el campo magnético en este punto caliente, lo aislamos y ahora ese calor se queda ahí. Así somos capaces de llevar el punto caliente a una temperatura más alta. Se obtienen más reacciones [de fusión] a medida que aumenta la temperatura y por eso vemos esta mejora en la reactividad».
Para conseguir las altísimas temperaturas, los investigadores disparan cerca de 200 láseres a una pequeña cápsula de combustible que contiene deuterio y tritio, dos isótopos del hidrógeno. Esto hace implosionar la pequeña cápsula, generando la presión y el calor necesarios para fusionar los isótopos y liberar toda su energía.
Que los imanes tienen influencia en la generación de energía ya se sabía desde hace una década. Pero la nueva configuración de imanes que han propuesto los investigadores del NIF, ha conseguido el mayor aumento de temperatura y energía que se ha conseguido nunca mediante la fusión magnetizada.
Los investigadores aseguran que están pensando en nuevas pruebas que les ayuden a generar campos magnéticos aún más altos en estos puntos calientes, lo que, según ellos, les permitiría mejorar la eficiencia de las reacciones de fusión y llevar a cabo experimentos científicos nunca antes realizados en el laboratorio. Una de estas pruebas consistirá en congelar la cápsula de combustible para intentar comprender mejor el comportamiento físico de este sistema.
«El hecho de que hayamos visto una mayor mejora en el rendimiento [de lo previsto] fue realmente sorprendente», explica Moody al medio estadounidense. «Todavía estamos tratando de entender por qué. Siempre que hay una diferencia entre el experimento y la teoría, se puede aprender mucho tratando de averiguar lo que ha ocurrido. ¿Se debe a que han ocurrido cosas inesperadas que son buenas y esas cosas se trasladarán cuando hagamos la implosión de capas de hielo? Me gustaría pensar eso, pero en realidad no importa lo que me gustaría pensar. ¿Cuál es la realidad?».