Si bien lo más importante para cuidar la energía son las políticas de Estado y de integración regional, también desde donde nos toca, podemos aportar con nuestra cuota de responsabilidad en el cuidado de la energía. Cuidando la energía, cuidamos también el ambiente.
¿Qué aporte personal podemos hacer, pensando en el año que comienza, para contribuir a cuidar la energía?
Cuidar la energía no puede ir desconectado de cuidar el ambiente, ambos están íntimamente relacionados. Por algo, se culpa al consumo de petróleo como una de las principales razones del cambio climático, tal como es también la deforestación para la agricultura y ganadería extensiva.
En general, todo lo que consumimos utiliza energía para producirse, por lo tanto, una de las claves del cuidado de la energía es evitar el consumo innecesario de cualquier bien que se deba fabricar o transportar para que llegue a nuestras manos.
1. Caminar o andar en bici
Un vehículo particular pesa 1200 kg aproximadamente, es por eso que usa una enorme cantidad de energía en moverse, si lo comparamos con la energía necesaria para mover una persona que puede pesar 60 a 80 kg en promedio. Si en vez del automóvil, caminamos, andamos en bici o inclusive combinamos el transporte público con los taxis, estaremos reduciendo significativamente la energía que gastamos en el transporte.
En los vehículos particulares, mantener bien calibradas las ruedas, frenar y acelera menos, anticipando los movimientos que tendremos que hacer, también es una pequeña contribución al ahorro energético. A esta forma de manejar se le llama “conducción verde”.
2. Cocinar con la olla tapada
En la cocción de alimentos, preferir las cocinas tipo fogón en alto si es a leña. Cocinar todo lo que se pueda con las ollas tapadas, ya que se desperdicia menos la energía y si se va a usar el horno, aprovechar para hacer varios platos al mismo tiempo.
3. Desenchufar lo que no se usa
Las recomendaciones de eficiencia energética proponen revisar siempre las etiquetas de los electrodomésticos, que sean preferentemente de categoría A o B.
Apagar y desenchufar todo lo que no se usa y si se deja la computadora prendida, al menos apagar la pantalla que es la que más consume.
4. Separar la basura
Para que nuestro recolector de basuras lleve menos basuras y entonces, gaste menos combustible –además del beneficio de disponer menos basura en el relleno o vertedero– separar la basura. Si se tiene un patio, enterrar la basura orgánica, es decir, los restos de frutas y verduras. Si no, al menos poner en forma separada y visible lo que es reciclable –cartón, papel, plástico, vidrio y metales– para que las personas que se dedican a estas actividades puedan recogerlas antes de que pase el camión recolector, sin que se ensucien con las otras basuras.
5. Aprovechar la luz solar
El invento de un poblador humilde de las favelas brasileñas, que sólo precisa de una botella de plástico transparente con su tapa, agua limpia, unas gotas de lavandina y goma o silicona, haciendo la luz en las casas cuando hay luz solar, puede ser una solución, al igual que usar botellas de vidrio reciclado a modo de ladrillos de vidrio. De día, no deberíamos necesitar luz artificial si acondicionamos la casa para aprovechar la luz solar.
Otra medida es sustituir gradualmente las lámparas incandescentes o flourescentes por lámparas LEDs, siempre verificando que tengan certificados de calidad. Lo principal ahí es, además del bajo consumo, la vida útil. La producción de una lámpara gasta energía y recursos naturales, si dura más, el ahorro en la fabricación de estos elementos puede ser muy importante.
6. Calentar agua con luz solar
Una alternativa, un poco más costosa, para tener agua caliente todo el año, son los calefones solares, cuya inversión se recupera en dos años aproximadamente, según cálculos de los fabricantes. También aprovechar el agua de lluvia para regar y usar en las cisternas de los baños ahorra energía, pues la producción y el transporte de agua requieren de energía.
7. Plantar árboles alrededor de la casa
Tener árboles alrededor de nuestra casa y en la vereda ayuda a reducir la temperatura ambiente y por lo tanto, el consumo de los aires acondicionados que trabajen a su sombra. Si los árboles además son frutales, ahorraremos en una porción del transporte de alimentos hasta los centros de consumo y de ahí a nuestras casas.
Todos los que poseen tierras rurales deberían además cumplir con la ley forestal y del medio ambiente, reforestando y recuperando los bosques nativos.
8. Arreglar en vez de comprar
Fabricar ropa consume mucha energía. Igual que los zapatos o cualquier otro artículo del hogar. Tratemos de arreglarlos, modificarlos y reciclarlos con las modistas, zapateros, herreros, carpinteros, electricistas y electrónicos del barrio. Estaremos dando trabajo a nuestros vecinos como un valor adicional.
9. Comparar lo nacional y lo que se produce más cerca
Además de contribuir a la producción, al empleo y la industrialización, comprando productos nacionales ahorramos el consumo de energía en fletes. Cuanto menos denso es el producto (densidad = peso ÷ volumen), más conveniente es consumir lo que se produce cerca, pues el transporte de grandes volúmenes a bajo precio resulta más costoso, por las limitaciones de volumen de las cargas.
Mucho más que hacer
Esta corta lista de nueve medidas que, en su mayoría se pueden tomar sin ninguna inversión y más bien ahorrando dinero, podría ser mucho más larga. Les invitamos a pensar qué más se puede hacer para no consumir innecesariamente recursos naturales muchas veces no renovables y ayudar a nuestro planeta a no seguir aumentando su temperatura.
Fuente: http://nanduti.com.py/2017/01/03/nueve-formas-en-que-cada-familia-puede-cuidar-la-energia-y-el-ambiente/