Futuro sustentable. Ingenieros y arquitectos tienen un papel clave en la revolución energética que se necesita a nivel global. Las construcciones pueden ser eficientes desde lo financiero sin dejar de lado la concientización.
Igenieros y arquitectos tienen un papel esencial en la revolución energética que el mundo reclama, y que en algunos países se está llevando a cabo de forma exitosa. El diseño de las estructuras hilvana los cimientos para que un edificio sea eficiente o no.
En cada trabajo ahondar en optimizar la energía trae beneficios globales. En caso de que se diseñe un envolvente eficiente con inversión en aislantes y cristales, el costo se recupera, además de los ahorros energéticos a lo largo de la vida útil del proyecto, por los aires acondicionados y las calefacciones de menor potencia, que concluyen en una reducción de consumo de energía superior al 40 por ciento.
Trabajando con la estación de trasbordos internacionales, Corporación Navíos, nos percatamos de que los graneleros de iluminación tenían más de 5 años de antigüedad. A través de una instalación de equipos eficientes, reemplazando luminarias de sodio y mercurio por leds, logramos un ahorro proyectado anual de 40.000 dólares. Algo similar se llevó a cabo en sucursales de Carrefour, en Argentina, logrando reducir al 60 por ciento el consumo de energía para la iluminación.
Siguiendo la misma lógica, en estas dos entidades se llevó a cabo la automatización del sistema. En Navíos se diseñó un sistema de iluminación automatizado, generando un ahorro de 12.500 dólares anuales y, por el lado de Carrefour, se colocó un sistema de apago programado que concluyó con el ahorro de 1.800 dólares anuales.
Una de las bases de la arquitectura bioclimática consiste en aprovechar los recursos naturales para esbozar los diseños. Es decir, valerse de las «energías gratuitas».
Un concepto vital es el de la ventilación natural. Un edificio pensado para aprovechar este tipo de frescura cuenta con ventajas. En primer lugar, se puede reducir al 50 por ciento el uso de aire acondicionado. Por otro lado, las estructuras que tienen el rango de temperatura de confort más amplio, pueden diseñarse sin aire acondicionado.
Un reflejo de esto es el trabajo que realizamos con Sinergia Design, un edificio de shopping y oficinas en Montevideo. En la planta baja —2.000 metros cuadrados— se encuentran los negocios, y en la alta —1.500 metros cuadrados— unas oficinas y salas multiusos. Mancomunadamente diseñamos el primer shopping con ventilación natural, reduciendo 35.000 dólares de inversión y ahorrando 10.000 dólares de energía por año. Por su parte, en la sección de las oficinas, el gasto energético bajó el 50 por ciento; lo que sería un caudal de 12.000 dólares anuales.
Además, la ventilación natural otorga mucha renovación del aire interior, que conlleva mejoras en la salud. El aire de adentro de los edificios contiene mucha más polución que el aire de las calles. Cabe aclarar que pocas construcciones en Santa Fe tienen una renovación eficiente del aire interior —muchos ni tienen ventilación—, y como consecuencia la polución queda enclaustrada en los ambientes.
Para obtener una ventilación natural eficiente se precisa estudiar la orientación del edificio, su entorno y los vientos dominantes.
Una vez identificado el entorno, se deben diseñar entradas y salidas de aire con dimensiones y ubicaciones adecuadas al proyecto. También, se pueden prever artefactos como chimeneas térmicas para mejorar la convección natural del aire. Para llevar a cabo estos proyectos, es necesario trabajar con ingenieros capacitados en manejar programas de simulación térmica dinámica.
Otro de los elementos «gratuitos», que se ofrece inminente para ser utilizado de forma fructífera es la energía solar.
En Santa Fe por ejemplo hay que ubicar los open-space de una oficina, living de una casa o departamento hacia el norte. De modo que se aproveche la luz del sol para reducir el consumo energético en iluminación y generar calor. Si los rayos penetran en la sala en invierno, se reduciría el consumo de calefacción. En la etapa veraniega, si se protege la fachada para que no ingresen, se aminoraría el uso del aire acondicionado.
Las fachadas al este u oeste son redituables en salas con un uso más puntual, como las de reuniones o los dormitorios. Estas orientaciones permiten tener mucha luz natural pero el ángulo del impacto del sol hace que sea muy difícil protegerse de los rayos. En consecuencia, habría incomodidad térmica y el uso del aire acondicionado aumentaría.
Al sur se recomienda colocar las salas con poca ocupación; baños, cocinas, salas técnicas o el lobby.
En Rosario, con la participación esencial de Eugenio Siri —cofundador de Green Building Argentina— hemos trabajado en viviendas, logrando combinar el diseño arquitectónico y conceptos bioclimáticos con sistemas constructivos sustentables, reduciendo el consumo de energía en un 60 por ciento gracias a la articulación de estos tres factores. A su vez, con la implementación de sistemas de energías solar térmica, hemos reducido en un 40 por ciento el consumo de energía para el calentamiento de agua.
Entre otros casos de éxitos en la ciudad, podemos destacar los resultados obtenidos en el Co-Work «La Maquinita» Rosario, donde a partir del estudio realizado con simulación térmica dinámica, se incorporaron aislaciones térmicas en las fachadas y logramos reducir la potencia instalada para climatización en un 30 por ciento, disminuyendo la inversión inicial considerablemente, y a su vez bajando el consumo energético con la implementación de un sistema Free-Cooling. La iluminación también fue diseñada para lograr altos niveles de confort en cada espacio, con consumos energéticos eficientes. Trabajar en eficiencia energética desde la etapa de proyecto, permite optimizar las inversiones y reducir los consumos, aumentando la «rentabilidad» en caso de una empresa.
Urge la necesidad de integrar los conceptos de eficiencia energética y arquitectura bioclimática. Las construcciones pueden ser cool y eficientes desde un punto de vista financiero, sin dejar de lado la concientización. En este escenario los ingenieros y arquitectos tienen una gran responsabilidad y, de este modo, podrán ofrecerle a Argentina un futuro sustentable; tanto en lo económico como en lo ecológico.
Benjamín Crevant / Ingeniero Industrial con experiencia en Green Affair, una de las 5 empresas más importante de Francia en el rubro. Es fundador y presidente de GreenBuilding4All, empresa que se dedica a ofrecer consultoría sobre eficiencia energética. Realiza proyectos en Francia, Indonesia, Uruguay y Argentina.
Fuente: http://www.lacapital.com.ar/opinion/los-beneficios-ahorrar-energia-n1454427.html