21 de noviembre de 2024

Europa ha sacado del fondo del armario una energía que llevaba años en segundo plano: la geotérmica.

La geotérmica es una de las renovables más olvidadas. Sus altos costes de instalación y sus limitaciones la han mantenido en un lugar discreto. Sin embargo, el panorama energético actual ha puesto esta fuente de calor y energía. Muchos otros siquiera sepan de qué trata esto de la geotermia.

Energía al alza en Europa. La geotermia ofrece una fuente de energía renovable y relativamente limpia puesto que no genera más emisiones que las asociadas a su instalación. Gracias a ello la ha ido ganando adeptos en la última década.

Se trata de una energía que cuenta con el respaldo de las instituciones europeas. Desde la Comisión Europea se explicita el apoyo de la UE en la investigación, desarrollo e instalación de estas tecnologías, tanto las que buscan extraer energía térmica como las que aprovechan ésta para generar electricidad.

Datos que respaldan la apuesta. Más allá de las promesas, la geotermia parece estar asentándose en Europa. Según la consultora Rystad Energy la inversión europea en sistemas geotérmicos de calefacción (doméstica y agraria) alcanzará los 7.400 millones de dólares. Gracias a esta inversión la capacidad geotérmica instalada en nuestro entorno continuará la tendencia creciente de los últimos 32 años, pasando de los actuales de 3,9 gigavatios térmicos (GWt) a 6,2 GWt en 2030.

Esta tendencia creciente de los últimos años fue especialmente marcada entre 2010 y 2015. Un ejemplo del aumento dado en estos años pudo verse en Alemania, que los últimos 10 años ha visto doblada su capacidad instalada, pasando de los 200 a los 400 megavatios.

Los datos de Rystad Energy se refien principalmente al uso de calefacción geotérmica. Si atendemos la producción eléctrica basada en energía geotérmica, un estudio de 2020 cifraba entre 100 y 210 teravatios hora por año la producción para 2050.

A distintas velocidades. Por ahora no todos los países llevan el mismo ritmo. A la cabeza se encuentran países como Islandia, Francia y Hungría. Según las proyecciones de la consultora, la industria en estos países estaría ya en una fase madura, y el crecimiento en esta década sería menor que la media.

En el lado opuesto, los expertos creen que los Países Bajos podrían convertirse en el país con mayor aprovechamiento de la energía geotérmica en sistemas de calefacción.

¿Nos rescatará la geotérmica del duro invierno? La crisis energética puede contribuir notablemente a este aumento del consumo, especialmente teniendo en cuenta el importante rol del gas en la calefacción doméstica. Sin embargo los elevados costes de instalación implican que los proyectos no pueden improvisarse y que Europa tiene poca capacidad de maniobra en lo que respecta a su mix energético.

A largo plazo, la energía geotérmica puede ayudar a aumentar el autoconsumo energético y a reducir con ello la dependencia de fuentes exteriores.

El potencial geotérmico en España. Aunque a la zaga de otros países, La energía geotérmica no es nueva en nuestro territorio. El potencial para la explotación de esta energía es variable según el ámbito geográfico en el que nos encontremos. Según la propia industria, la posibilidad de aprovechamiento de recursos geotérmicos de muy baja temperatura (entre 0 y 30 grados centígrados) puede lograrse en toda la península y baleares. Esta explotación podría ser suficiente para el ámbito doméstico.

Los recursos de baja-media temperatura (30 a 150 grados) por su parte solo pueden aprovecharse en alrededor de la mitad del territorio. Zonas como el valle del Ebro, la parte oriental de la cuenca del Duero y el valle del Guadalquivir permitirían alcanzar esta temperatura.

Finamnente, en bolsas aisladas del territorio peninsular y en la mayor parte de las Islas Canarias sería posible aprovechar los recursos de alta temperatura. Las plantas eléctricas geotérmicas podrían por ello situarse en zonas como la costa catalana, desembocadura del Guadalquivir y buena parte de la provincia de Salamanca entre otros posibles emplazamientos. En conjunto, el potencial geotérmico español es relativamente alto dado nuestro consumo energético

Viaje al centro de la Tierra. La geotermia aprovecha las altas temperaturas del interior de la Tierra para obtener energía. Muy habitualmente es la propia energía térmica la que se utiliza para calefactar hogares. Sin embargo también puede ser transferida a una turbina para transformarla en energía eléctrica. La geotermia incluso puede permitirnos realizar el proceso inverso: enfriar nuestros hogares bombeando el calor bajo el subsuelo.

Las instalaciones pueden realizarse por captación horizontal, aprovechando la constante temperatura de las capas superficiales del subsuelo; o vertical, perforando más adentro y alcanzando zonas más profundas. La captación superficial no requiere grandes perforaciones pero sí más superficie. Los sistemas se pueden dividir en el circuito interior (el que lleva el calor a los edificios) y el exterior (el que se adentra bajo la tierra).

Cuanta mayor profundidad alcance este mayor será el calor al que acceda. La mayoría de las perforaciones verticales implican descender entre uno cientos metros y los cinco kilómetros, pero los proyectos más ambiciosos ya planean cavar hasta los 20 kilómetros, donde la temperatura podría alcanzar los 500 grados centígrados.