Durante años, Danish Oil and Natural Gas Co. hizo lo que hacen muchas otras grandes compañías petroleras: bombear hidrocarburos del Mar del Norte. Sin embargo, hoy en día, es el desarrollador más grande del mundo de energía eólica marina y supera el valor de mercado de los gigantes petroleros Occidental Petroleum Corp. y Eni SpA.
Danish Oil and Natural Gas Co. ahora se llama Ørsted AS y es una de las pocas empresas de energía que han crecido después de pasar de los combustibles fósiles a las energías renovables, incluidas la española Iberdrola SA, la italiana Enel SpA y la estadounidense NextEra Energy Inc., explicó la nota de Sarah McFarlane en el The Wall Street Journal.
Como muchas compañías petroleras ahora buscan hacer lo mismo, Ørsted es un estudio de caso sobre lo difícil que es el cambio.
Para comenzar, fue necesario para que Ørsted tuviera éxito, la intervención del gobierno danés, años de subsidios y un panorama competitivo muy abierto.
Los accionistas y los miembros del directorio cuestionaron repetidamente el cambio de estrategia, y los costos dispararon la deuda de la compañía.
Sin embargo, en 2021 los subsidios han disminuido hasta casi 0, la competencia por nuevos proyectos eólicos y solares es feroz, y los rendimientos son más bajos que la mayoría de los grandes desarrollos petroleros.
Una de las razones del éxito de Ørsted se especializó en una sola industria, la eólica marina, donde ya tenía la ventaja propia de haber llegado antes que el resto.
BP PLC y Royal Dutch Shell PLC, grandes petroleras con ambiciones de volverse ecológicas, están invirtiendo en una amplia gama de actividades bajas en carbono, desde la energía solar y eólica hasta la captura de carbono.
Estas son tecnologías en las que han incursionado durante años, pero el enfoque de Ørsted fue exclusivamente aplicado a la energía eólica marina.
La semana pasada informó que tiene un plan de inversión hasta 2027 de US$ 57.000 millones en energía eólica.
En USA
Un 28% de la electricidad mundial fue producida por energía renovable durante 2020, y se espera que esa cantidad crezca al 33% para 2025, dijo la AIE.
En 2020, la capacidad adicional de energía renovable fue un 45% mayor que del año anterior, según la Agencia Internacional de Energía.
El presidente estadounidense Joe Biden ha tomado medidas para acelerar el desarrollo de la energía eólica en USA.
Especialmente en alta mar en aguas federales, para aumentar la fuente de energía de 0 emisiones y crear empleos.
En mayo, los funcionarios aprobaron el proyecto más grande del país hasta el momento: 62 turbinas frente a la costa de Martha’s Vineyard (Massachusetts), que generan energía suficiente para 400.000 hogares.
Hasta 2021, USA tiene apenas 2 parques eólicos marinos, frente a las costas de Rhode Island y Virginia, con menos de 10 turbinas en funcionamiento.
El proyecto de Rhode Island es operado por los daneses de Ørsted.
Otro, en planificación y que podría avanzar más rápidamente en la Administración Biden, es un desarrollo del que participa Ørsted, frente a la costa de Nueva Jersey, más grande que el de Martha’s Vineyard, que generaría energía para 500.000 hogares.
BP planea reducir su producción de petróleo y gas en un 40% en la próxima década, y se ha comprometido a aumentar las inversiones en bajas emisiones de carbono a US$ 5.000 millones al año.
La compañía dijo que las intervenciones del gobierno para invertir en una economía con bajas emisiones de carbono después de la pandemia podrían acelerar el cambio a largo plazo de los hidrocarburos, o el petróleo y el gas natural, a las energías renovables.
Royal Dutch Shell y TotalEnergies SE también planifican aumentar el gasto en energía solar y eólica.
Ninguno está abandonando el petróleo, y las grandes estadounidenses Exxon Mobil Corp. y Chevron Corp. dicen que siguen enfocadas en invertir en la producción de petróleo y gas, aunque el exitoso esfuerzo de un inversionista activista ambiental que ganó asientos en el directorio de Exxon podría obligarlo a reevaluar su estrategia relacionada con las energías renovables.
Una historia
Danish Oil and Natural Gas nació en medio de la crisis del petróleo de la década de 1970: los precios se habían disparado y el gobierno danés decidió buscar petróleo en el cercano Mar del Norte.
En la década de 1980, la empresa se enfocó en construir gasoductos y almacenamiento para el gas natural desde los campos del Mar del Norte a Copenhague.
Pero en la década de 2000, una apuesta por las centrales eléctricas de gas natural, que implicaba una fusión con varias otras empresas danesas, fracasó cuando el carbón barato ganó cuota de mercado en la generación de electricidad en Europa.
Pero una de las empresas de servicios públicos de la fusión había construido el 1er. parque eólico marino del mundo.
En 2009, Copenhague fue sede de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y la Unión Europea estableció un objetivo del 20% para las energías renovables para 2020, frente al 14% en ese momento.
Los subsidios e incentivos para la energía eólica, a menudo en forma de un precio mínimo garantizado de la electricidad, fueron «vitales para el negocio y, por lo tanto, también una parte importante del éxito», dijo Bo Foged, director ejecutivo de ATP, uno de los fondos de pensiones daneses que participa de Ørsted.
En 2018, en la Unión Europea, se gastaron 92.000 millones de euros (US$ 112.000 millones), en subsidios energéticos para el sector energético, y 75% se destinó a las energías renovables, según un informe de la Comisión Europea de 2020.
El desafío
Para Ørsted, la reinvención no fue fácil.
Uno de sus primeros parques eólicos marinos tuvo una serie de reveses importantes: sus turbinas fueron dañadas por los fuertes vientos y corroídas por el aire salado, y tuvieron que ser modernizadas con nuevos tipos de equipos.
La empresa se vio abrumada por la deuda cuando aún estaba con un pie en hidrocarburos de bajo rendimiento y un pie en viento.
Al mismo tiempo, debía persuadir al gobierno danés para que apoyara sus ambiciones de desarrollar proyectos lejos de las aguas danesas.
Pero hacia 2009, Ørsted tenía un plan a largo plazo aunque no por unanimidad. “Cada vez que presentaba un plan para invertir en un parque eólico marino era una batalla para obtener la aprobación del consejo de supervisión”, recordó el ex director ejecutivo Anders Eldrup.
A la junta le preocupaba que se agotaran los subsidios y que escalaran los costos de construcción y mantenimiento.
En ese momento, para ser rentable, la energía eólica marina necesitaba que los precios de la electricidad fueran más de 3 veces de lo que debían ser en 2020 (hoy, han bajado inclusive por debajo de la electricidad generada con carbón, petróleo y gas).
Eldrup logró garantías gubernamentales sobre el futuro de los subidios y convenció a la junta. Y la empresa desarrolló turbinas más potentes con la empresa danesa Vestas Wind Systems AS, productor top de turbinas eólicas.
Pero mientras Ørsted gastaba una fortuna invirtiendo en su búsqueda de energías renovables, las pérdidas en el negocio del gas y los bajos precios de la energía golpearon sus finanzas.
Cuando Henrik Poulsen fue nombrado director ejecutivo en 2012, la empresa corría el riesgo de perder su calificación crediticia de grado de inversión.
Poulsen, ex ejecutivo de Lego AS, revisó los 12 negocios de la compañía y decidió que el único con ventaja era el de la energía eólica marina.
Él vendió activos y recortó planes de gastos.
Cuando meses atrás Poulsen fue reemplazado por Mads Nipper, los planes no cambiaron.
Goldman Sachs
En 2010, ensionDanmark AS adquirió una participación del 50% en su parque eólico Nysted. El acuerdo «fue un gran avance», recordó Eldrup, porque fue demostrado que era posible un negocio en ese nicho de energía renovable.
Pero las ambiciones internacionales de Ørsted preocupaban al gobierno danés, que rechazó una solicitud de inversión de más fondos por considerarla demasiado arriesgada.
Ørsted quería dominar el Mar del Norte, y crecer en el Atlántico y el Pacífico.
Otros inversores potenciales querían saber si Ørsted podría reducir el costo de construir parques eólicos marinos.
Pero Goldman Sachs Group Inc. apostó a que los gobiernos europeos apoyarían la energía eólica para reducir la dependencia del carbón y la energía nuclear, y los avances de escala y tecnología reducirían los costos.
En 2013 Goldman Sachs invirtió US$ 1.500 millones por una participación del 19% en la empresa, su mayor inversión en Europa en ese momento.
«Lo vimos como líder mundial en energía eólica marina, y no como un líder en petróleo y gas», explicó Michael Bruun, socio en Goldman y quien supervisó la inversión.
El público danés denunció que los activos estatales se vendían a un precio demasiado bajo. Pero el Parlamento permitió que el acuerdo siguiera adelante.
Reingeniería
Ørsted registró pérdidas durante años por los retrasos en los parques eólicos, problemas de producción en los campos de petróleo y gas, y deterioros en las centrales eléctricas de gas.
Pero pudo deshacerse de los activos de hidrocarburos y resolvió problemas técnicos con los parques eólicos.
Se combinó con Vestas para diseñar una turbina eólica marina más potente.
La empresa volvió a capacitar al personal que había trabajado en sus centrales eléctricas de carbón para que trabajaran en los parques eólicos.
El gran avance de Ørsted se produjo cuando ganó 3 proyectos en el Reino Unido en 2014. La empresa estaba convencida de que un mayor volumen reduciría los costos. Los 3 han sido rentables. Ayudó un precio de la electricidad garantizado por el gobierno de US$ 198 por megavatio-hora durante 15 años, más del doble de los precios de la electricidad en el Reino Unido en los últimos años.
Hornsea 1, frente a la costa este de Inglaterra, es el parque eólico marino en funcionamiento más grande del mundo.
Las condiciones ventosas y aguas poco profundas del Mar del Norte animaron a Alemania, Dinamarca, los Países Bajos y Bélgica también a perseguir proyectos. Así ocurrió una caída dramática en los costos de los parques eólicos marinos, de más del 65% desde 2012, según Ørsted.
En 2016, cuando cotizó en Copenhague, fue la transformación, y tomó el nombre Ørsted, en honor a un científico danés.
La rentabilidad
Los rendimientos financieros no son tan buenos como los de los proyectos de petróleo y gas.
Tradicionalmente, se apuntan retornos de alrededor del 15% para los proyectos de hidrocarburos, según RBC Capital Markets, en comparación con los objetivos previstos del 7% al 8% para algunos de los proyectos eólicos pero son menos volátiles y más predecibles.
“Los inversores se preguntan cuánto tiempo pasará antes de que las ganancias de las grandes petroleras de los negocios de energías renovables sean lo suficientemente grandes como para compensar el declive de los negocios heredados. Mi impresión es que definitivamente faltan algunos años”, dijo Tim Porter, director de inversiones de Reaves Asset Management, que tiene una participación de alrededor de US$ 100 millones en Ørsted.
«El tamaño del negocio que está en declive es mucho mayor que el tamaño del negocio que está creciendo para estas empresas», reflexionó.