22 de diciembre de 2024

Amoniaco verde, alternativa para combustible y almacenamiento.

El amoniaco es un compuesto químico de nitrógeno (NH3). Lo conocemos como un gas incoloro con un fuerte olor fácilmente reconocible. Su principal uso en la actualidad es como fertilizante, aunque también es fundamental en algunos procesos industriales.

Es muy valorado en la elaboración de medicamentos y se emplea en productos comerciales como tintes de cabello o productos de desinfección y limpieza. Pero, además de estos usos, también se utiliza como combustible. Desde la II Guerra Mundial se ha empleado en prototipos de automoción y, en los últimos tiempos, en el transporte marítimo.

El proceso para la obtención de amoniaco es contaminante, ya que se hace reaccionar hidrógeno y nitrógeno atmosférico. El hidrógeno que se emplea proviene de la reformación al vapor del metano, proceso que implica emisiones de CO2. Sin embargo, gracias a avances científicos y tecnológicos, ya es posible, a través de la electrólisis, producir amoniaco verde, es decir, evitando las emisiones de CO2.

Estas son las ventajas del amoniaco verde frente a otras energías.

No libera gases contaminantes

A diferencia del carbón o petróleo, el amoniaco verde se obtiene a través de un proceso limpio. Su producción solo libera nitrógeno y agua. Esto contrasta con la producción de otras energías que generan contaminantes (nuclear) o emiten CO2 (petróleo, carbón).

Tiene una alta densidad energética por volumen

De un mismo volumen de amoniaco e hidrógeno, vamos a obtener más energía del amoniaco. Esta cualidad supone beneficios a la hora de almacenar o transportar el amoniaco: necesitas menos amoniaco que hidrógeno para hacer funcionar los motores de un barco o un tractor. Se trata de un combustible más eficiente.

Sencillo de almacenar y transportar

En modo gaseoso o líquido, sus requisitos de conservación son poco exigentes. Esto facilita su almacenaje y transporte, haciéndolo versátil. Puede transportarse en pequeñas bombonas a espacios poco accesibles o puede almacenarse en grandes tanques en polos industriales para alimentar maquinaria, dándole una versatilidad funcional enorme en comparación con otras energías que precisan de infraestructuras (petróleo, gas, hidroeléctrica).

Los costes de producción son inferiores a otras energías

Dada su sencillez, es más barato producir amoniaco que hidrógeno. Además, nuevas técnicas consiguen producir amoniaco de formas cada vez más eficientes, limpias y baratas. Esto implica que con una tecnología sencilla y una inversión limitada se puede producir este combustible en cualquier parte del mundo, independientemente de sus recursos.

Múltiples aplicaciones

Es capaz de almacenar y transportar energía química, algo muy útil para el desarrollo de otras energías verdes, dado que algunas de las energías sostenibles se producen en momentos concretos: hablamos de la energía solar, eólica o mareomotriz. Por ello, sería muy útil almacenarla para poder usarla cuando no sea posible producirla.

Hasta ahora se ha planteado el empleo de baterías eléctricas, que todavía cuentan con limitaciones en su uso (corta duración, baja capacidad). Sin embargo, el amoniaco propone una solución: usar la energía eléctrica producida por el sol, el viento o el mar para obtener el amoniaco, que se puede almacenar en grandes cantidades y a largo plazo y se puede trasportar fácilmente por las ventajas que hemos visto anteriormente. Por lo tanto, se podría usar a voluntad sin tener que depender de las fases de producción de estas energías verdes.

Proyectos como ARENHA, desarrollado por el Centro Nacional del Hidrógeno (CNH2) con respaldo financiero de la iniciativa Horizonte 2020 de la Comisión Europea, plantean el uso comercial del amoniaco verde como vector de almacenamiento para 2030.

Una última ventaja en sus aplicaciones es la posibilidad de emplearse como un combustible al uso: a través de combustión en motores o por medio de una reacción química con el oxígeno en una pila, pudiendo producir electricidad.

Por las características ya mencionadas, el amoniaco tiene proyección como combustible en la industria agrícola y marítima, posibilitando la descarbonización planteada por la Unión Europea de cara a 2050. Sin embargo, en el caso de industria marítima, es precisa la inversión en puertos para facilitar el repostaje de las naves, además de la implementación de mejoras en los sistemas de los propios barcos que mejoren la seguridad.

Fuente: https://blog.caixabank.es/blogcaixabank/amoniaco-verde-energia-alternativa