22 de noviembre de 2024

Los residuos de la transición energética y las energías renovables.

“El antiguo modelo de crecimiento basado en combustibles y contaminación ha caducado. El Green Deal es nuestra nueva estrategia de crecimiento basada en reducir nuestras emisiones creando puestos de trabajo y potenciando la innovación” Palabras con las que Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, presentaba el Pacto Verde o Green Deal europeo el 11 de diciembre de 2019.

Convertir Europa en el primer continente climáticamente neutro es el objetivo principal de este Pacto Verde: en 2050 el continente europeo debe alcanzar el objetivo ambicioso de cero emisiones netas de carbono. Alcanzar esta meta obliga a actuar en prácticamente todos los sectores: energético, de la construcción, industrial, del transporte, etc. Metas audaces, caminos complicados.

La transición energética representa una oportunidad única para cambiar la forma en que producimos, distribuimos y consumimos energía en todo el mundo. Las fuentes de energía fósil no sólo son limitadas, sino que explotarlas causa un daño irreversible a nuestro planeta generando grandes emisiones de gases de efecto invernadero que aceleran el cambio climático. 

La evolución de las energías renovables está siendo imparable: según la Agencia Internacional de Energía (IEA), el uso de energías limpias crecerá un 50% en solo cinco años gracias a la instalación masiva de paneles solares fotovoltaicos y aerogeneradores.

Seguramente no te resultará ajeno el debate sobre el impacto ambiental de la fabricación de estos dispositivos, sin embargo hay un tema que no es tan habitual en estas conversaciones y es qué pasa una vez que estos dispositivos sufren desperfectos o acaban su vida útil. En este artículo, hablamos sobre los residuos de las energías renovables y sus retos de gestión y tratamiento. 

¿Cuáles son los residuos de la transición energética?

Como prácticamente cualquier actividad humana, las energías renovables generan desechos en todas sus fases de vida: residuos de construcción y demolición en las obras (escombros, tierras, materiales de construcción); residuos en el mantenimiento durante el tiempo de explotación (aceites, disolventes, pinturas y barnices, trapos contaminados, residuos no peligrosos como restos de plásticos, residuos de aparatos eléctricos RAEE, baterías, etc.) y, finalmente, el residuo que se genera cuando el dispositivo llega al final de su vida útil, punto en el que nos vamos a detener.

Aerogeneradores

Según datos de la Asociación Empresarial Eólica AEE, en España hay 1.298 parques eólicos y 21.574 aerogeneradores. De ellos un 36 % se instalaron antes de 2005 y, por lo tanto, tienen más de 15 años. Considerando que la vida de diseño de un parque eólico y sus componentes es de 20-25 años, muchas de estas estructuras tendrán que ser desmanteladas en los próximos años. 

Algunos de sus grandes componentes (los cimientos, la torre o las góndolas) disponen de procesos para su reciclaje o su reutilización, al estar fabricados a partir de materiales como el acero, el cobre, el aluminio o el hormigón. Pero el mayor problema surge con las palas de los aerogeneradores. 

Son elementos voluminosos formados por distintos materiales compuestos, difíciles de separar, lo que complica su tratamiento, recuperación y reciclado. Para que puedas hacerte una idea, una pala puede ser más larga que un Boeing 747. Con este tamaño, incluso grandes camiones solo pueden transportar uno de estos elementos a la vez, lo que incrementa sensiblemente los costes logísticos.  

Paneles solares

Un estudio publicado por Nature Energy, estima que tan solo los paneles solares que se retiren en los próximos nueve años generarán millones de toneladas de residuos y para mediados de siglo, esta cifra se multiplicará por diez,  representando más del 10% del total de residuos electrónicos a nivel mundial. 

El panel fotovoltaico al final de su vida útil se categoriza en la legislación europea como RAEE (residuo de aparato eléctrico y electrónico). Se considera que más del 88% de los materiales contenidos en un panel fotovoltaico son recuperables. Según un estudio de Recyclia, de cada tonelada de paneles fotovoltaicos con un peso medio de 35 kg por unidad es posible extraer:

  • 750 kg de vidrio y materiales afines al silicio
  • 120 kg de metales (mayoritariamente aluminio de los marcos metálicos y en menor cantidad cobre del cableado y  hierro)
  • 20 kg de plástico.

Por otro lado, algunos paneles solares pueden contener materiales contaminantes para el medio ambiente, en caso de no ser tratados correctamente, como el teluro de cadmio o el dióxido de silicio. Estos materiales deben ser extraídos y separados y tratados de forma específica para que sean inocuos para el medioambiente.

Sin embargo, recuperar los materiales es un proceso muy manual que requiere de trabajadores especializados e infraestructuras específicas, lo que aumenta significativamente los costes del tratamiento: un estudio del Laboratorio Nacional de Energías Renovables de Estados Unidos concluye que el coste de reciclar un panel solar ronda los 20$-30$, frente a los 2$-4$ que pueden valer los materiales recuperados. 

Residuos y economía circular

¿Quién va a hacer un esfuerzo en recuperar la materia utilizable de estos productos al fin de su vida útil si no resulta rentable? La clave para lograr una transición energética sostenible no solo pasa por sustituir la quema de combustibles fósiles por energías renovables como las que obtenemos del sol o del viento si no por una gestión adecuada de los residuos que generan estas fuentes de energía. Pero esto es mucho más complejo de lo que parece. 

Las infraestructuras de las energías renovables que se están convirtiendo ahora en residuos no han sido diseñadas para extraer todos sus componentes con facilidad y poder reaprovecharlos. Y aquí es donde se cuela un concepto muy popular en este medio como es la economía circular.  

La Ellen MacArthur Foundation, un referente en la promoción del modelo de economía circular, informa de que los residuos derivados de estas energías previstos para 2050 son de 43 millones de toneladas de residuos de palas de aerogeneradores y 78 millones de toneladas de residuos de paneles solares. 

Al aplicar los principios de la economía circular a la gestión de residuos de la transición energética, podemos crear oportunidades para recuperar materiales valiosos y reducir los costes de la gestión de residuos. Además, el reciclaje de materiales reduce la necesidad de extraer nuevos recursos y, por lo tanto, reduce el impacto ambiental y las emisiones de gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global. 

La buena noticia es que existen multitud de esfuerzos de investigación por parte de instituciones y empresas para cerrar este círculo y conseguir que los materiales finitos que permiten obtener estas energías sean también, renovables. 

Hay que cambiar el chip: podemos ver todos estos desechos como un problema o bien como una oportunidad para obtener materiales, crear empleo de calidad y avanzar hacia ese 2050 climáticamente neutro. 

Fuente: https://hablandoenvidrio.com/los-residuos-de-la-transicion-energetica-y-las-energias-renovables/