30 de abril de 2024

La energía geotérmica vuelve a asomar la cabeza.

La energía geotérmica ha quedado olvidada entre las energías renovables por su alto costo y su perfil de alto riesgo.

La energía geotérmica tiene lo peor de dos mundos: el riesgo exploratorio del petróleo y el gas y el perfil de baja rentabilidad de la energía solar y eólica. ¿Qué gana la industria energética con ello?

Chevron, que se deshizo de su negocio geotérmico en 2017, está volviendo a sumergirse en él a través de proyectos piloto o de exploración en fase inicial en California, Japón e Indonesia. Otras empresas que exploran la geotermia son BP, Shell, Continental Resources, Chesapeake Energy y Murphy Oil.

Aunque la escala de su inversión es pequeña, su interés parece haber contribuido a calentar la industria de la tecnología geotérmica. Según un estudio publicado en enero por un grupo de investigadores de la Universidad de Texas en Austin, la Universidad A&M de Texas y otras instituciones, en los últimos 18 meses se han creado más empresas de tecnología geotérmica que en toda la década pasada. Aunque pocas de las tecnologías emergentes han llegado a la fase de comercialización, el sector está a la “vanguardia de algunos avances”, según afirma Amanda Kolker, geocientífica y gestora del programa geotérmico del Laboratorio Nacional de Energías Renovables.

El sector del petróleo y el gas siempre ha encajado a la perfección con la geotermia, que aprovecha el calor del subsuelo. Las empresas de servicios petrolíferos Halliburton, Baker Hughes y SLB, previamente conocida como Schlumberger, llevan décadas realizando trabajos geotérmicos. La geotermia utiliza muchas de las mismas tecnologías de perforación que el petróleo y el gas, aunque los pozos geotérmicos se perforan de forma diferente, explica Ann Robertson-Tait, presidenta de GeothermEx, una consultora de energía geotérmica que SLB adquirió en 2010.

Se distingue de otras fuentes renovables porque está disponible las 24 horas del día y no depende de las condiciones meteorológicas. También requiere menos terreno en comparación con los parques solares y eólicos: la planta geotérmica típica utiliza menos de cinco acres de superficie (unos 0,02 km²), según una hoja informativa de la Universidad de Utah.

A pesar de estas ventajas, la energía geotérmica no ha ganado mucho impulso. Mientras que el sector del petróleo y el gas perfora entre 60.000 y 70.000 pozos al año en todo el mundo, el año pasado solo se perforaron 800 pozos geotérmicos, según Henning Bjørvik, responsable de investigación de la cadena de suministro de bajas emisiones de carbono de Rystad Energy. En Estados Unidos, la mayor parte de la capacidad geotérmica se instaló en la década de 1980 y no ha crecido mucho desde entonces. En 2021 representaba menos del 0,4% de la generación eléctrica estadounidense, según datos de la Administración de Información Energética de Estados Unidos.

La culpa es de la combinación de riesgo y coste elevados. Al igual que los combustibles fósiles, la búsqueda de un buen recurso geotérmico implica riesgos en el subsuelo. Y mientras que el petróleo y el gas pueden autorizarse y perforarse con relativa rapidez, los proyectos geotérmicos pueden tardar entre siete y diez años en ponerse en marcha debido a las barreras normativas y financieras, según un informe de 2021 del Laboratorio Nacional de Energías Renovables. El costo nivelado no subvencionado de la energía geotérmica en 2021 era aproximadamente el doble que el de la energía eólica y la solar fotovoltaica, según Lazard. La tasa de rentabilidad de los proyectos geotérmicos ronda entre el 6% y el 8%, un nivel parecido al de los proyectos solares y eólicos, según el estudio de los investigadores de la universidad texana. Esta cifra está muy por debajo de la rentabilidad de dos dígitos que buscan las empresas de petróleo y gas.

Las empresas de petróleo y gas están investigando tecnologías que podrían ayudar a mejorar la rentabilidad. Barbara Harrison, vicepresidenta de Compensaciones y Negocios Emergentes de Chevron New Energies, explica que la empresa se centra en la nueva tecnología geotérmica, incluidos los sistemas geotérmicos mejorados. Esta tecnología utiliza la fracturación hidráulica para abrir vías a través de las cuales los fluidos bombeados puedan calentarse bajo tierra. Según Harrison, las nuevas tecnologías permitirán que la energía geotérmica esté disponible en más lugares —no solo cerca del Cinturón de Fuego del Pacífico, que concentra mucha actividad volcánica— y podría convertirse en competición para la energía solar o la eólica combinadas con el almacenamiento de energía.

El éxito de la energía geotérmica dependerá en parte de la aceptación del sector del petróleo y el gas. La afluencia de capital debería contribuir a reducir los costos de la energía geotérmica, al igual que ocurrió con el esquisto bituminoso. El sector también cuenta con la fuerza de lobbying necesaria para impulsar políticas favorables para la energía geotérmica, aunque recabar apoyos no será tan sencillo como en el caso de la reforma de los permisos o las subvenciones a la captura de carbono. Una energía geotérmica barata y ampliamente disponible sería un competidor directo de la electricidad y el calor generados por gas natural.

Las pequeñas inversiones geotérmicas son hoy un impulso ecológico sin complicaciones para la industria del petróleo y el gas. Un verdadero avance podría sacar a la superficie las cuestiones existenciales más profundas de la industria de los combustibles fósiles.

Fuente: https://www.elconfidencial.com/mercados/the-wall-street-journal/2023-04-07/energia-geotermica-asomar-cabeza_3606424